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Este contenido es únicamente para inversores de tipo: Intermediario financiero y Inversor institucional.

Inversión inmobiliaria e inflación

Mayo 2022
Material de marketing

La inversión inmobiliaria en periodos inflacionarios

En un clima de aumento de la inflación, las inversiones inmobiliarias pueden ofrecer rentabilidades atractivas.

La subida de precios es ya una preocupación mundial. Y, cuando la inflación se dispara, los inversores tienen pocos lugares donde refugiarse. El sector inmobiliario podría ofrecer una cobertura parcial. Particularmente en este momento de gran incertidumbre, no solo en lo que respecta a la inflación y al crecimiento, sino también a la geopolítica, el coronavirus y más.

En tiempos de turbulencia económica, la gente suele recurrir a los activos inmobiliarios –incluidos los ladrillos y el cemento– como depósitos de valor tangibles. Cuando la inflación va en aumento, se aplica un razonamiento similar. 

El sector inmobiliario no es en absoluto la cobertura perfecta frente a las presiones inflacionistas. Pero, a largo plazo, los alquileres y el valor de los inmuebles suelen aumentar junto con otros precios, lo que da a los rendimientos inmobiliarios una correlación positiva con la inflación.

Cuando la inflación se sobrecalienta, los inversores tienen pocos lugares donde refugiarse. El sector inmobiliario podría ofrecer una cobertura parcial.

Evidentemente, no existen dos períodos históricos iguales. No obstante, creemos que las circunstancias actuales ofrecen un contexto que también parece favorable para el sector inmobiliario, especialmente frente a otras clases de activos. Esto obedece a varias razones. En primer lugar, aunque el crecimiento global se ha ralentizado, existe una demanda acumulada de inmuebles comerciales y residenciales en la mayoría de los sectores. Esto se produce tras un período de dos años en el que la oferta de edificios nuevos prácticamente se quedó estancada debido al parón en la construcción provocado por la COVID-19. 

En segundo lugar, si bien existe incertidumbre sobre si los bancos centrales pueden lograr el equilibrio adecuado entre controlar la inflación y evitar la recesión, existe un amplio consenso sobre un punto. Se prevé que la inflación superará las subidas de los tipos de interés, sobre todo en Europa. Este desequilibrio es bueno para los gobiernos muy endeudados ya que, de hecho, devalúa la carga de su deuda. Y también es propicio para el sector inmobiliario, ya que la inflación contribuye a empujar los alquileres al alza mientras el coste de financiación aumenta a un ritmo más moderado. Esta dinámica debería, a su vez, ayudar a mantener un límite en las tasas de capitalización, o límites máximos –efectivamente, el rendimiento de los bienes raíces, medido como el resultado de explotación neto y el valor de la propiedad– y respaldar los precios de los bienes raíces.

Según nuestra experiencia en anteriores ciclos de subidas de tipos, los tipos de interés deben subir más de 150 puntos básicos antes de que eso se refleje en las tasas de capitalización. A día de hoy, incluso tras el tono restrictivo de los últimos comentarios del Banco Central Europeo, los mercados tan solo descuentan subidas de 75 puntos básicos hasta finales de año1.

Poder de fijación de precios

A la hora de considerar la sensibilidad a la inflación de los activos inmobiliarios, la elección de la ubicación y el sector son factores muy importantes. Para los inversores, lo más conveniente es centrarse en áreas en las que los alquileres estén indexados a la inflación y en las que los inquilinos puedan permitirse pagar las posibles subidas. Algunas empresas pueden absorber las subidas de los alquileres más fácilmente que otras, sobre todo aquellas para las que solo suponen una pequeña fracción de su base de costes. Además, en muchos casos, depende del sector en el que desarrollan su actividad. Un estudio de Prologis, por ejemplo, muestra que en el sector de la logística, los bienes inmuebles representan menos del 5% de la base de costes de las empresas, y tan solo 25-50 puntos básicos de sus ingresos2

La flexibilidad en la fijación de precios también es importante. La hostelería destaca en este sentido ya que, por ejemplo, puede ajustar el coste de las habitaciones de hotel a diario. Como es lógico, aún así depende de que los consumidores acepten los precios fijados, por lo que creemos que la recuperación de la hostelería será desigual. No obstante, con la demanda acumulada tras dos años de confinamientos y restricciones provocados por la pandemia, creemos que algunos segmentos –sobre todo de alta gama– deberían resistir bien. 

En los sectores residenciales, la situación es más complicada. Existe un límite a lo que la gente puede pagar de alquiler y, en algunos lugares, los arrendamientos también están limitados por la normativa (Irlanda, por ejemplo, ha implantado recientemente un límite del 2% anual a las subidas de los alquileres residenciales).  Sin embargo, en un contexto general de escasez de vivienda, la propiedad adecuada, al precio adecuado, en la zona adecuada, debería seguir ofreciendo rentabilidades positivas.

El auge verde

También importa el tipo de edificio. Invertir en edificios respetuosos con el medio ambiente ofrece una mejor protección frente al aumento de los costes de explotación. 

En la zona euro, los precios de la energía fueron un 44% más altos en marzo de 2022 que un año antes, lo que supone 4,4 puntos porcentuales de la inflación general total del 7,4% (véase la fig. 1).

Fig. 1 - Subida de los precios de la energía
Inflación de la zona euro, % variación interanual
Inflación

Fuente: Eurostat. Datos del período comprendido entre el 01/05/2021 y el 31/03/2022.

La explotación de los edificios que puedan reducir el consumo energético –gracias a características tales como un diseño innovador, materiales sostenibles y fuentes de energía renovables– será más barata que la de los que no puedan. Dada la atención que se presta actualmente a los precios de la energía y a la sostenibilidad, y el hecho de que para la mayoría de las empresas sus mayores emisiones de carbono están relacionadas con los edificios que ocupan, los edificios más sostenibles serán cada vez más la opción preferida.

Por lo tanto, esperamos una aceleración de las iniciativas sostenibles en todo el sector inmobiliario. Eso se traducirá en construcción, aunque la huella de carbono de un edificio nuevo supone casi la mitad de sus emisiones de carbono a lo largo de su vida. Así pues, en un mundo en el que la mayoría de los edificios son antiguos (en Europa, el 40% se construyó antes de 1960 y el 90% antes de 19903), la responsabilidad de mejorar la eficiencia energética recae sobre el reacondicionamiento de los inmuebles. La instalación de dobles acristalamientos, que aún está lejos de ser generalizada, mejores aislamientos, sensores para que se consuma energía solo cuando sea realmente necesario y la generación de energía in situ son algunas de las medidas posibles. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer, ya que actualmente solo una pequeña minoría de edificios cuenta con credenciales totalmente “ecológicas”. 

Costes de construcción

Aunque el crecimiento de los alquileres puede ofrecer protección frente a la inflación, hay una parte del sector inmobiliario que no está protegida frente a la subida de precios: la construcción. Los precios han sido muy volátiles. En el Reino Unido, por ejemplo, los costes de los materiales de construcción se dispararon hasta un 23% interanual4.

Por lo tanto, cualquier inversión en promoción inmobiliaria en el entorno inflacionista actual debe analizarse con mucho cuidado. No obstante, creemos que aún pueden encontrarse oportunidades en el área adecuada y con el horizonte temporal adecuado. En general, nuestra estrategia inmobiliaria consiste en limitar los proyectos de construcción al 25% de nuestra cartera total para reducir el riesgo –en todo el ciclo económico y de fijación de precios. Adoptar un enfoque proactivo también resulta útil. Dado el actual contexto inflacionista, tratamos de obtener contratos a precio fijo y pedir los materiales duros (como el acero, el cemento o la madera) en las fases iniciales de los proyectos de construcción con el fin de garantizar la certeza de los precios en elementos clave.

El aumento de los costes también repercute en las facturas de mantenimiento y reparación de los inmuebles existentes. En la zona euro, han aumentado a un ritmo mucho más rápido que la inflación general y que los alquileres.

El horizonte de inversión es importante. Alguien que invierte a 15 años puede permitirse el lujo relativo de disponer de tiempo para resistir las presiones actuales sobre los precios y centrarse en el potencial a largo plazo de su inversión. Los que invierten a, por ejemplo, 5 años, están sometidos a más presión, aunque todavía disponen de cierto margen de maniobra en comparación con el sentimiento tradicionalmente más cortoplacista que prevalece en los mercados de renta variable o de renta fija.