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Movilidad sostenible

Zonas de Bajas Emisiones, herramienta eficaz para mejorar la calidad del aire de las ciudades

Diciembre 2021

Las autoridades municipales y autonómicas de las grandes ciudades están firmemente convencidas de la importancia y necesidad de la existencia de Zonas de Bajas Emisiones para garantizar un medio ambiente más saludable. La restricción del paso de determinados vehículos por estas áreas, pese a los inconvenientes que puede generar al conductor, se ha convertido en una medida que deberá ser implementada, (de forma obligatoria) en grandes municipios antes de 2023.

Las autoridades locales cada vez son más sensibles a las peticiones ciudadanas relativas a un mayor control de su entorno medioambiental. Como consecuencia de estas demandas, han surgido interesantes propuestas, como las conocidas como Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), áreas de restricción de determinados vehículos cuyo objetivo es, fundamentalmente, mejorar la calidad del aire. 

Las autoridades nacionales (Ministerio de Trasportes, Movilidad y Agenda Urbana), demandan su implementación en núcleos de más de 50.000 habitantes, “no más tarde de 2023”.  Según algunas estimaciones, estas medidas afectarían a más de 24 millones de habitantes. O lo que es lo mismo, más de la mitad de la población española que respiran aire contaminado.

Y se hace camino al andar, ya que en España ya hay 77 municipios que cuentan con zonas de movilidad restringida.

Las ZBE son parte de un conjunto de ambiciosos planes urbanos para hacer de nuestras ciudades un hábitat limpio y seguro. Y no sólo se queda en áreas específicas, sino que engloban a todos los rincones de la urbe. De cara al futuro, ya no se entiende la creación de nuevos desarrollos urbanísticos sin tener en cuenta el respeto por el entorno.

Los expertos coinciden en que las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son una adecuada respuesta para paliar (en buena medida) los efectos contaminantes, pero debe ir acompañada de otras medidas - que sin duda requieren inversiones importantes -, y que van desde la mejora del transporte público como medio disuasorio frente al automóvil, más accesos peatonales, infraestructura ciclista, fomentar el coche eléctrico, y por supuesto, promover una mayor concienciación ciudadana. 

Trabajar en común en beneficio del medio ambiente se ha convertido en un eje prioritario del conjunto de los ciudadanos europeos. Se trata de una cuestión básica para el futuro de la Unión, y existe un claro empeño por transformar el modelo de desarrollo actual y nuestra forma de vida con base en criterios de sostenibilidad y resiliencia.

No hay economía moderna sin el desarrollo de políticas públicas dirigidas al ciudadano donde el compromiso climático tenga un papel destacable. Las Zonas de Bajas Emisiones, en ocasiones controvertidas, no son la panacea que da respuesta a un problema social de compleja solución, pero sí son un referente a tener en cuenta para edificar una ciudad más saludable.

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