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Consumo sostenible

Hábitos cada vez más sostenibles en España

Septiembre 2021

Los hábitos de los españoles han cambiado sustancialmente en los últimos años, movidos por una mayor concienciación, la legislación y, recientemente, el coronavirus.

El estallido de la pandemia de COVID-19 ha resultado ser un factor acelerante de un cambio en la percepción de la sostenibilidad que viene experimentándose desde hace una década. La información y la educación sobre el cambio climático, así como las medidas tomadas por parte de los gobiernos han ayudado mucho a que la población española sea cada vez más consciente de esta problemática y tome decisiones para reducir su huella de carbono y ayudar a evolucionar hacia un mundo más sostenible. 

Una reciente encuesta llevada a cabo por el Banco Europeo de Inversiones (BEI), el mayor financiador de proyectos climáticos de la Unión Europea (a los que destinó el año pasado el 40% de la totalidad de sus financiaciones), indica que la población española ha aumentado su implicación en la lucha contra el cambio climático. 

El estudio revela que el 81% de la ciudadanía ha realizado algún esfuerzo para ser más sostenible con el medio ambiente. Y si bien tan solo el 24% reconoce haber llevado a cabo "cambios radicales" en su estilo de vida, la conciencia de la importancia de tomar acciones para paliar los efectos de la crisis climática se eleva al 80% de la población, un porcentaje que sitúa la conciencia de los españoles ocho puntos porcentuales por encima de la media de la Unión Europea.
Movilidad sostenible 

Como ya hemos comentado en otras ocasiones, el paradigma de movilidad está en pleno proceso de cambio. Los patinetes y las bicicletas eléctricas —ya sea adquiridos o de alquiler— han experimentado un fuerte crecimiento en los últimos meses, en tanto que suponen unos medios de transporte económicos, que no requieren de carnet de circulación y que respondieron a la necesidad de desplazarse de forma individual durante las olas más virulentas de coronavirus. 

La sorpresa es que, según los datos recopilados por la consultora estratégica Oliver Wyman, 73% de los españoles afirma que optaría por la adquisición de un coche eléctrico, y un 10% planea hacerlo en 2021. Un porcentaje que sitúa a nuestro país como segundo en la lista de dicha encuesta, adelantado únicamente por China. 

Datos respaldados por el Observatorio del Vehículo Eléctrico y Movilidad Sostenible (OVEMS), un observatorio creado por la Universidad de Comillas e Iberdrola y cuya finalidad es recopilar información fidedigna sobre el ámbito de movilidad sostenible. Los datos actualizados a fecha 1 de mayo, recogen que el parque de turismos eléctricos ha pasado de 405 unidades en 2011, a algo más 61.000 en lo que va 2021. 

En concreto, muestran que las matriculaciones de este tipo de vehículos, tanto híbridos como eléctricos puros, pasaron de 17.862 en 2019 a 41.513 en 2020, un incremento de un 232,4%. Semejante crecimiento es reconducible a que “el aumento de las ventas de vehículos eléctricos registrado en 2020 fue consecuencia de los nuevos objetivos de dióxido de carbono (CO2), que presionaron a los fabricantes a invertir en estos modelos para evitar multas”, según explica la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente.
Reciclaje 

El reciclaje es otro aspecto que está calando cada vez más hondo en la conciencia de los españoles. Si en 2010 se procesaron 516.000 toneladas de plástico, en 2020 la cifra ascendió a casi 1,5 millones de toneladas según datos de Ecoembes. Esta misma organización publicó un informe parcial tras los meses de confinamiento de la primera ola de la pandemia en el que estimaba el aumento del reciclaje en los hogares españoles en un 15% solo en lo que a este material se refiere. 

Por su parte, los cambios legislativos han sido también fundamentales para la reducción del consumo de envases de plástico, a la vez que han servido como complemento para una mayor concienciación de la ciudadanía. La eliminación de los plásticos de un solo uso (como pajitas, platos o cubiertos) para el 1 de enero de 2023, así como una mayor regulación de la distribución de bolsas de plástico están modificando las costumbres de los consumidores, que necesitan buscar otras opciones más duraderas, como las bolsas de rafia por ejemplo. 

Tanto es así, que 6 de cada 10 españoles afirma que no compraría productos no reciclables, según los datos recabados en la encuesta realizada por el Instituto IO Sondea de Investigación de Mercados para Dríade Servicios Medioambientales. Una cifra que se eleva a 9 de cada 10 en la sostenibilidad del envase como factor para comprar o no un producto.
Alimentación 

Y al hilo de la alimentación, la conciencia medioambiental española también ha crecido en este sector. En la actualidad, según datos del estudio The Green Revolution 2019 casi un 10% de los españoles, o lo que es lo mismo, 3,8 millones de personas se definen “veggie”. Según dicho estudio, las dietas veganas o vegetarianas han aumentado un 27% en los últimos dos años, mientras un 35% de la población ha reducido o eliminado su ingesta de carne roja en el último año. 

Las dos principales razones de esta nueva tendencia son reconducibles a una mayor conciencia del bienestar, tanto a nivel personal, como medioambiental. 

Y es que una vaca expulsa aproximadamente unos 200 gramos de metano al día, lo que se traduce en 5 kilogramos de CO2. Según datos de la FAO, esto supone que cada año todas las vacas del planeta emiten 100 millones de toneladas de metano, equivalentes a 2.500 millones de toneladas de CO2. Además, cada bovino representa un gasto de agua de unos 13.000 litros de media. 

En contraposición, los vegetales y, especialmente, legumbres y sus derivados; cereales y productos derivados; frutos secos y semillas; y setas y algas, con las que se suelen ofrecer alternativas a las carnes —abordamos este tema en este otro post— requieren cantidades muy inferiores de agua, sus emisiones de CO2 a la atmósfera son mínimas y ayudan a mantener el suelo fértil.