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Transición sostenible

Abril 2023
Material de marketing

ASG en la práctica: Yuko Takano habla sobre la inversión en la transición sostenible

A medida que avanzamos hacia la inversión ASG 3.0, los inversores tendrán que ampliar su perspectiva para encontrar oportunidades de inversión. Una de las áreas de interés son las empresas en proceso de transición sostenible, según Yuko Takano, gestora de inversiones.

¿Qué innovaciones ha observado en la inversión responsable?

Creo que nos encontramos en un momento de transición. La inversión ASG 1.0 se basaba en exclusiones, es decir, en excluir algunos sectores de las carteras de aquellos clientes que querían invertir de acuerdo con determinadas creencias. 

Posteriormente, hacia mediados de la década de 2010, los gestores de activos empezaron a lanzar estrategias que tenían menos que ver con las exclusiones y más con la búsqueda de empresas innovadoras capaces de contribuir a lograr un futuro sostenible: eso era la inversión ASG 2.0. En mi opinión, uno de los puntos débiles de este planteamiento es el uso de las puntuaciones de sostenibilidad de MSCI o Sustainalytics, porque dichas puntuaciones son retrospectivas y tienen un enfoque limitado. Las compañías tecnológicas, los bancos o las empresas relacionadas con la sanidad obtienen puntuaciones muy altas, ya que su impacto medioambiental es mucho menor que el de las empresas industriales o petroleras. 

En los últimos años, los inversores se han volcado en estas empresas con altas puntuaciones ASG. Se han visto bien recompensados por los mercados, pero han acabado con unas carteras sostenibles muy orientadas al crecimiento y con una gran proporción de títulos tecnológicos. 

Creo que ahora estamos entrando en la siguiente fase –debido, en parte, a la corrección del mercado. La inversión ASG 3.0 constituye un verdadero regreso a lo esencial y la realización de investigaciones en profundidad de las empresas. Los inversores deben mirar más allá de las empresas líderes para encontrar oportunidades de inversión en áreas menos cubiertas, como las empresas en transición. 

¿Qué debemos entender por transición?

La transición es la evolución de las empresas hacia un impacto más positivo o un mejor comportamiento en materia ASG. 

En el sector energético, por ejemplo, nos referimos a empresas que están dejando de lado los combustibles fósiles en favor de fuentes de energía con escasas o nulas emisiones de carbono.

También se está produciendo un cambio fundamental en el ámbito social, tanto en términos de diversidad como en la forma en que las empresas tratan a sus empleados. Por ejemplo, desde una perspectiva social o empresarial, ya no tiene sentido pagar sueldos irrisorios a los empleados, pero esto choca con lo que observamos en algunas compañías estadounidenses que trabajan en los sectores minorista y de servicios. En Walmart o Amazon, la permanencia de los empleados supone una parte importantísima del argumento de inversión porque se refleja directamente en la cuenta de resultados. Las empresas con altos índices de fluctuación de trabajadores se ven obligadas a contratar y formar de nuevo a sus empleados, lo que representa un coste enorme en detrimento de la rentabilidad para los accionistas.

¿Cómo llevan a cabo la inversión ASG 3.0?

Nuestro objetivo es invertir en empresas que se encuentran en proceso de transición y cuya transición aún no ha sido plenamente reconocida por el mercado. Creemos que hay muchas oportunidades de inversión en sectores menos solicitados, como el industrial y, a veces, el energético y el de “utilities”, porque sin estas empresas no podríamos realizar realmente esa transición sostenible. 

Intentamos abordar las inversiones de forma integral, recopilando mucha información y analizando las empresas desde distintos ángulos. Investigamos por nuestra cuenta y tomamos nuestras propias decisiones. Aunque las agencias de calificación han mejorado mucho a la hora de ofrecer distintos tipos de datos y análisis, no nos aferramos a sus conclusiones.

A mí me da la sensación de que estamos volviendo a lo esencial de la inversión, lo cual es un enfoque estimulante en comparación con las últimas tendencias del sector.

Los gestores activos de fondos son los expertos en este ámbito, debido a toda la investigación fundamental que se requiere. Es un campo muy diferente al de los fondos ASG pasivos. Es necesario entender el funcionamiento de las empresas, sus riesgos, sus oportunidades y su potencial de transición. La interacción es un elemento importante de nuestra estrategia. Trabajamos con una selección de empresas, con las que podemos reunirnos hasta cuatro veces al año para guiarlas en este camino de transición. 

Se está produciendo una transición fundamental en el ámbito social

¿Qué tipo de empresas buscan?

En primer lugar y ante todo, buscamos empresas con balances sólidos y potencial para generar rentabilidades elevadas, porque volverse más sostenible puede requerir mucho capital. En segundo lugar, queremos invertir en empresas en las que el impacto medioambiental o social de los productos y servicios se traduzca directamente en mejoras operativas. Y, a veces, esas oportunidades no son las más obvias. 

Tomemos como ejemplo los vehículos eléctricos. Aparte de Tesla, la verdad es que no conocemos muchas empresas automovilísticas que fabriquen vehículos eléctricos de forma rentable: o bien tienen una gama de productos diversificada que incluye otros tipos de automóviles, o bien se benefician de subvenciones gubernamentales. Básicamente, estas empresas están sacrificando sus márgenes y rentabilidades para fabricar vehículos eléctricos. Es una situación insostenible a largo plazo que erosionará gradualmente el capital.

Por otro lado, tenemos en cartera una empresa de servicios petroleros con la que dialogamos bastante. Dispone de una tecnología de compresión aplicable no sólo al petróleo, sino también al gas natural licuado (GNL) y, más adelante, al hidrógeno. Esta división en concreto no solo es más rentable que la media de la empresa, sino que también es un buen indicio de que la compañía se encuentra en una situación idónea para afrontar la transición energética.

Cuando interactúan, ¿cómo se aseguran de que su voz sea escuchada?

Hace poco almorcé con 20 clientes que, a su vez, asesoran a empresas sobre sus fondos de pensiones. Todos ellos se interesaban por la inversión ASG porque sus clientes lo hacen.
Hace cinco o seis años, Amazon o Walmart no habrían mostrado el menor interés ante cualquier intento de contactarles para hablar de ASG. Pero se ha producido un gran avance en la concienciación de los clientes y ahora las empresas deben prestar más atención a lo que dicen los inversores.

La interacción es un proceso bidireccional. Si bien esperamos que las empresas trabajen en pos de nuestros objetivos en materia de ASG, también compartimos nuestras mejores prácticas y conocimientos sobre el tema. Las empresas están deseosas de aprender, especialmente sobre cómo deben elaborar sus informes o los primeros pasos que deben dar. 

No hace mucho, mi compañero Peter fue invitado por una empresa energética a un evento del sector. Éramos uno de los cuatro únicos socios inversores presentes en el evento: los otros tres eran gigantescas gestoras de activos globales. Puede que tengamos una participación mucho menor en esa empresa energética, pero querían que participáramos porque saben que nuestra voz es influyente en el ámbito de la inversión responsable. Las empresas están empezando a escuchar realmente.

La inversión ASG 3.0 constituye un verdadero regreso a lo esencial y la realización de investigaciones en profundidad de las empresas. Los inversores deben mirar más allá de las empresas líderes en ASG para encontrar oportunidades de inversión en áreas menos cubiertas, como las empresas en transición.

¿Cómo se mide algo tan complejo como el impacto?

La medición del impacto adopta muchas formas diferentes. Lo que queremos evitar es decir “invirtiendo en nuestra estrategia, usted ha ahorrado X emisiones de CO2” o “ha plantado usted 10.000 árboles”, porque no hay forma de validar con certeza esas cifras y son irrelevantes para nuestros clientes. En vez de eso, nos fijamos en las cifras de impacto a nivel de empresa de todas las empresas de nuestra cartera. Realizamos un seguimiento de esos indicadores clave de rendimiento (KPI) y nos aseguramos de que las empresas cumplen nuestros objetivos. Comunicamos toda esa información a nuestros inversores.

En lo que se refiere al medio ambiente, existen indicadores sencillos como los objetivos de cero emisiones netas. Muchas empresas cumplen bien su cometido de publicar sus emisiones de alcance 1 y 2, dado que están relacionadas con su actividad. Pero el alcance 3 es más complicado, porque implica medir el impacto medioambiental de sus productos una vez vendidos. 

Hay algunas empresas que están abriendo camino. Por ejemplo, participamos en una empresa de equipos semiconductores que repara y reutiliza sus máquinas. Pueden mostrar cuántas máquinas han sustituido y la proporción de máquinas que siguen funcionando. 

Otro ejemplo de KPI es el porcentaje de productos orgánicos frente a sintéticos de una empresa productora de alimentos, y la tasa de penetración de sus productos en zonas donde la malnutrición es un problema. Otro más es la permanencia de los empleados, a la que ya nos hemos referido. 

En general, cada empresa tiene KPI diferentes. Dependemos del nivel de transparencia de las empresas —la cual también puede ser uno de los objetivos de nuestra interacción. Seguimos trabajando en todo ello. Seguimos avanzando en esta dirección y cada día disponemos de más datos.